Tus sentidos, ¿los sientes?

 



Escucha esto:

 

Cuando las emociones quedan atrapadas, enferman. Los recuerdos sepultados en tu mente desde la infancia brotan una y otra vez en tu adultez.

 

Primero, la emoción.

Segundo, el pensamiento.

Tercero, la generación de hormonas en función de la emoción.

Cuarto, síntomas físicos.

Quinto, la enfermedad.

 

Sin embargo, la enfermedad es la emoción reprimida. La emoción significa "energía en movimiento". Cuando la bloqueamos, queda atrapada, impidiendo que el flujo de energías que entra y sale de nuestro cuerpo se desarrolle de manera natural, como lo hace un niño. Si está triste, llora; si está nervioso, grita; y si está feliz, ríe abiertamente sin temor al ridículo.

 

Cuando somos niños, a menudo los padres transmiten creencias a sus hijos para que controlen o repriman sus emociones, ya sea porque "llorar es de niñas", "gritar está mal" o "reír a carcajadas no es apropiado". A distintos niveles, muchos padres replican lo que les enseñaron en su infancia.

 

Las emociones simplemente deben ser experimentadas y expresadas en el momento para liberarlas. El sistema proyecta información que activa diversas emociones negativas y, basándose en eso, promueve la venta de ciertos medicamentos.

 

Las pantallas activan estas emociones mediante la información que presentan. Están dirigidas y calibradas. Conocen los miedos individuales de cada ser humano, ya que la información se proporciona a menudo a cambio de algún deseo o beneficio.

 

Ves una aplicación y la deseas. La buscas, te solicitan tu información y tú la entregas, pensando que no te ocurrirá nada malo. La sanación no debe ni puede venir exclusivamente del exterior. Desde nuestro plano físico, solo podemos abordar el síntoma, pero la emoción reprimida sigue activa y se dispara según la información que recibimos.

 

El miedo a las tormentas podría haberse formado a los cinco años y puede ser reactivado por el pronóstico del tiempo. No es necesario que haya una tormenta real sobre tu casa para que tu cuerpo reaccione como si estuviera en peligro, liberando hormonas de estrés por situaciones que quizás nunca ocurran. Aunque las tormentas pueden ser reales, la experiencia que tuviste en la infancia no se repetirá, ni estarás en peligro real. Sin embargo, la mente conecta el recuerdo con la información actual, liberando un alud de hormonas debido a la emoción reprimida.

 

Si no abordamos la emoción desde su origen, resurgirá en distintos escenarios, afectando algún órgano relacionado con ese miedo específico. El trauma se amplifica y nuestro cuerpo se deteriora. Es esencial eliminar las emociones negativas para dar espacio a las positivas. Así, el cuerpo sanará.

 

Las emociones reprimidas construyen una barrera que impide acceder a nuestra sabiduría interior, creando un bloqueo. La medicina occidental a menudo enmascara estas emociones; actúan como anestésicos mientras nuestro cuerpo ansía sustancias tóxicas como el alcohol, tabaco y drogas. Estas substancias son el alimento predilecto de esas energías negativas debido a su frecuencia vibracional.

 

Actúan como parásitos que requieren ser alimentados con sustancias tóxicas que el sistema nos proporciona a través de información, alimentación, estímulos visuales, auditivos y expresiones tóxicas. Los cinco sentidos sirven para alimentar esos parásitos.

 

Pero eliminarlos es doloroso, ya que, al ser emociones reprimidas, tienen una sola forma de liberarse: sintiéndolas. Liberar una vida de represión emocional de golpe podría ser mortal, y por eso, la represión es una defensa automática de nuestro cuerpo.

 

Muchas personas optan por seguir reprimiendo sus emociones como mecanismo de defensa, enfermando repetidamente sin comprender la razón. Estas enfermedades crónicas benefician a ciertas industrias y sistemas.

 

Desde su adormecimiento, estas personas creen que es menos doloroso vivir con ese patrón constante que enfrentar y liberar el dolor. En este estado, se resisten al cambio con frases como "a esta edad no voy a cambiar" o "así soy yo y estoy bien", pero sufren una enfermedad tras otra.

 

Mientras tanto, el cuerpo lanza señales de alerta pidiendo que se libere el dolor acumulado. Es necesario desintoxicar el cuerpo y permitir que las emociones surjan. Además de cuidar nuestra dieta, debemos ser conscientes de lo que consumimos a través de nuestros sentidos.

 

La música, por ejemplo, puede ser tan sanadora como tóxica. La vibración y letras de algunas canciones pueden ser perjudiciales para nuestras emociones. Las palabras pueden ser dañinas, y hay sistemas diseñados para implantarlas en nuestra mente.

 

También debemos prestar atención a lo que vemos, ya que puede ser tóxico o sanador. Las imágenes que vemos pueden generar niveles altos de estrés sin necesidad de otros estímulos. Las expresiones verbales son poderosas, y detrás de cada palabra hay una intención que afecta no solo a quien la escucha, sino también a todo lo que nos rodea.

 

Es crucial ser consciente de lo que consumimos y cómo nos afecta. Buscamos a personas y situaciones que resuenan con nuestro estado emocional, así como alimentos, drogas y música que nos perjudican.

 

También usamos el tacto basándonos en cómo nos sentimos. La violencia se genera desde estos estados tóxicos y se potencia con sustancias como el alcohol. Las palabras que decimos no son más que un eco de lo que hemos escuchado y experimentado.

 

Aparte de quien la crea, nadie puede decir la palabra amor sin antes haberla escuchado; esa palabra entró a nuestro cuerpo en algún momento junto a una emoción y se aprendió. Lo mismo hay detrás de un insulto, la palabra se aprendió porque alguien te la dio cargada de una emoción que ingresó en tu cuerpo, y luego tú decides sacarla una y otra vez, pero esto sucede hasta que lo hacemos consciente varias veces y, en algún momento, dejamos de decirlo o ya no lo hacemos con tanta frecuencia. Vendrán a tu vida muchos maestros que intentarán hacer salir esa antigua forma tuya y tú podrás identificarlos, en algunas ocasiones antes y en otras después de hacerlo.

 

Es importante que, suceda lo que suceda, tomar registro de lo que pasó y analizarlo sin darle una carga emocional muy fuerte, simplemente aceptar la situación sin juzgarnos a nosotros mismos ni a los demás; esto ayudará a disolver ese acto cuando aparezca el próximo maestro.

 

Aquello que algún día entró sale de la misma forma hasta que es reconocido de manera consciente y podemos liberarlo.

 

Mediante el olfato también nos intoxicamos con sustancias, humos tóxicos de las grandes ciudades generadas por nosotros mismos.

Cuando las emociones negativas se encarnan en nuestro cuerpo nos convertimos en seres irracionales, comúnmente llamados como personas con mal carácter o directamente sin carácter.

 

Estas dos cosas se pueden dar dependiendo de qué tan fuerte puedas cerrar la tapa de la olla en ebullición.

 

Las emociones brotarán con violencia, ira, estados desequilibrados emocionales constantes y enfermedades relacionadas. Pero en ese caso hay expresión y ayuda a su cuerpo a no enfermarse tan intensamente, ya que esa olla está semiabierta y cada tanto se abre la tapa.

 

Pero en el caso de las personas que aprendieron a cerrar la tapa de forma hermética, no solo afecta a las emociones reprimidas, sino que también afecta a las que no deseaban hacerlo.

 

Es por eso que al cerrar fuertemente la tapa nada sale y nada entra. Dejan de sentir en todos los campos: afectivos, amorosos, sexuales, etc. Esto hace que sean personas neutras, aparentemente sin sentimientos. Pero por dentro, toda esa toxicidad comienza a pudrirse y no le deja más remedio que provocar enfermedades físicas graves.

 

Liberarlas es muy importante, pero más aún es romper el muro y llegar a nuestro interior a buscar las respuestas.

 

Las emociones están en la olla que es nuestro cuerpo, el alimento es lo que le damos mediante los cinco sentidos, pero nuestra fuente es la perilla de la hornalla que puedes manejar para aumentar o disminuir el fuego.

 

Ese fuego es la energía sexual y ella puede ser implementada para muchas acciones en la vida; es la fuente de energía más poderosa, nos puede llevar a estados de conciencia elevados, al encender esa energía aparecen muchas cosas relacionadas con la sexualidad reprimida, pero también aparece nuestro lado más creativo, pueden aparecer dones que no sabíamos que teníamos o expandirnos de manera brutal en un corto plazo.

 

Activar esta energía tiene relación con lo sexual, ya que el sexo es uno de los medios por donde la podemos canalizar, pero no es el único. Esta energía es universal y nos habita a todos como seres humanos; es el fuego que lo cocina todo, esta llama puede quemar cualquier patógeno tóxico en tu interior y a su vez hacer el mejor y más delicioso plato.

 

Este plato puede ser la expresión de los dones que nos habitan como seres humanos. Este no es un libro donde hablaremos de chakras, aunque esto tenga mucho que ver con lo que expresaré a continuación, pero la idea es que puedan entenderlo de manera simple y sencilla con palabras que estén acostumbrados a escuchar.

 

En el caso de los que aprenden a tapar la olla inconscientemente, aprenden a bajar el fuego y, si es posible, no encenderlo, ya que esto no solo despierta la energía sexual, sino que también todas las emociones que están dentro de la olla.

 

Es por eso que al estimular las emociones con drogas tóxicas aparece el deseo sexual reprimido y puede expresarse de manera dolorosa.

 

Esto activa mecanismos y patrones de infancias de abuso y dolor.

 

Y actúan en consecuencia buscando relaciones sexuales similares a esos recuerdos emocionales. Es posible que el sexo deba ser doloroso para poder ser placentero y hasta violento para poder sentir lo mismo que tienen reprimido en su interior.

 

Ese sería el alimento del fuego sin saber que hay una fuente energética inagotable en cada uno de nosotros.

 

Cuando comenzamos a liberar las emociones de manera consciente y sabiendo qué fue lo que las provocó, comenzamos a sentirnos más plenos cada día y empezamos a equilibrar nuestras emociones y, por consecuencia, nuestro cuerpo físico deja de enfermarse.

 

Para poder encender esa llama, es necesario limpiar nuestro cuerpo, físico, mental y emocional.

 

Encender esa llama es posible sin limpiar estos cuerpos, pero en ese caso puede provocar un desequilibrio que nos lleve a cometer actos más relacionados con lo sexual y no tanto con la materialización de sueños o expresión de dones.

 

Sacarlas de manera consciente, como si nos quitáramos prenda tras prenda, nos deja un poco más limpios para preparar esa energía que nos hará explotar en creatividad, materialización y abundancia.

 

Todo comienza a cambiar desde adentro hacia afuera y no desde afuera hacia dentro.

 

Ese es el poder de sanarnos a nosotros mismos. La conexión con la fuente de energía sexual abre nuestro canal energético y despierta la intuición que nos habita y necesitamos para poder tomar decisiones conscientes que nos lleven a una vida más plena y fluida.

 

La limpieza física va acompañada de la expresión de tus dones; cuando despiertas y comienzas a expresar ciertas emociones bloqueadas, salen y generan dolencias físicas.

 

Por ejemplo, mientras escribes este libro, te están doliendo las muelas de juicio. Eso significa que al escribir estás comprendiendo lo que te sucede y estás sacando el juicio de tu interior, teniendo un nivel de comprensión y empatía más elevado.

 

Pero ese juicio debe ir a algún lado, por eso tus muelas te están indicando que hay algo que no has resuelto todavía.

 

Por eso, lo primero es desintoxicar el cuerpo para poder bajar el fuego desde lo más alto. Por eso, la alimentación es tan importante.

Por eso, este libro también tocará temas como la alimentación, qué significa un cuerpo sano, qué significa la mente, qué son las emociones y cómo podemos canalizar nuestras energías para poder ser seres humanos más equilibrados y conectados con todo.

 

Uno de los beneficios más grandes de la pandemia es tener que parar. Eso nos ayuda si nos hacemos conscientes de lo que está saliendo, de todo aquello que estamos limpiando. Terminamos siendo esclavos de nuestras emociones reprimidas, alimentándolas constantemente sin poder parar o desacelerar. La inercia que estas traen de alguna forma nos mantiene dormidos, haciendo una actividad tras otra para no parar, sabiendo desde la mente que, si paramos, la olla hará tanta presión que no podremos controlarla y sentiremos altos niveles de dolor, ira, rencor, etc.

 

Para controlar la salida de estas emociones, debemos hacerlo de forma gradual, identificando una a una de manera consciente, sabiendo que esto dolerá, pero vamos hacia una vida de dicha y gratitud. Los sentimientos comenzarán a cambiar, nuestras amistades, la alimentación, la forma de comunicarnos con los demás, la comprensión y la empatía aparecerán y poco a poco todo lo que te rodea cambiará. Las personas que están en ese estado ya no podrán seguir compartiendo espacios; tú solo te irás alejando y ellos también.

 

Dejarás de ser su alimento y ellos el tuyo. Eso también será doloroso porque no entenderás los motivos desde la mente. No solo comenzarás a empatizar con los demás, lo harás contigo mismo, con el planeta, con una planta y hasta con una hormiga. Todo cambiará en tu vida y podrás comenzar una nueva vida donde todo lo que te rodea lo verás como una experiencia de vida y un proceso. Podrás comenzar a dar lo mejor de ti hacia los demás. Tus dones brotarán como flores en primavera y luego todos querrán probar de esa olla. Dejarás de querer cambiar a todo el mundo porque ya encontraste tu sabiduría interior y tu mundo cambiará por completo.

 

He dejado todos los medicamentos a su alcance sin tener que modificarlos. Al crearlos, sabía muy bien cuáles eran las enfermedades a las que podían llegar a ser sometidos y los medicamentos están en los alimentos orgánicos que se consumen sin ninguna manipulación genética. Cada síntoma físico puede ser aliviado con la planta apropiada, fruta o dieta correcta. Respirar y dejar de consumir por varios días es una práctica que sin dudas liberará emociones reprimidas y desintoxicará tu cuerpo, pero esto será un proceso doloroso e inevitable si quieres cambiar el curso de tu vida.

 

Antes de ingerir, se debe hacer una limpieza profunda que el mismo cuerpo regulará si dejas de alimentarlo de manera incorrecta. Hacer ayunos progresivos o extensos según el grado de intoxicación es el mejor comienzo. Los ayunos no solo deben ser de alimentos, también deberán ser de sonidos, información, verbalización, visualización. Esto les dará un nivel de comprensión superior al conectar con la fuente de sabiduría que todo lo sabe. Y en esa fuente encontrarás la receta que mejor vaya para tu estado de salud.

 

Si se piensa un poco, ustedes y sus mascotas son los únicos que necesitan intervención médica; los animales en su conjunto, como todo ser con vida, saben regular su dieta, sus emociones y hasta qué comer para devolver lo que les hizo mal. Ellos tienen acceso a la fuente; los humanos no les enseñan a los perros a comer plantas específicas cuando se sienten mal. Ellos acceden a esa fuente y saben qué hacer desde temprana edad, a pesar de no haber visto nunca a otro perro o humano comerlo con ese propósito. Cuando hay una emoción atrapada, trabajamos en reacción.

 

Pero cuando el campo emocional está equilibrado, actuamos en estado de conciencia y esto hace que podamos sortear las situaciones de la vida con más fluidez. Las acciones de los demás dejan de afectarnos, ya que comprendemos que esa acción tiene que ver con su estado emocional de reacción y nada tiene que ver con nosotros, dejando de cargar con su dolor, ira o rencor.

 

La forma en la que puedes liberar esas emociones reprimidas son muchas mediante terapias alternativas; no debes buscar la solución en la medicina o medicamentos farmacéuticos. Estas no liberan las emociones, solo las disimulan, aliviando el síntoma físico. Al entrar en un estado de plenitud y felicidad, el cuerpo deja de pedir alimentar las energías negativas. Dejamos de auto intoxicarnos y las defensas aumentan significativamente; el sistema inmune se refuerza y es mucho más difícil que un virus afecte nuestro cuerpo.

 

La pared más elevada a poder lograr una sanación es el miedo. Imagina el miedo como un gran muro que rodea todo lo que sucede en tu vida. Si logras saltar uno, el próximo te será más sencillo. Y así el que sigue, y luego el próximo, hasta lograr hacer tu mundo cada día más grande. Todo será expansión y nada detendrá que tú tengas una vida plena y abundante.

 

Podrás tener lo que quieras en tu vida. Podrás cumplir sueños, tener la vida que sueñas y serás merecedor y suficiente en cualquier cosa que te propongas, ya que tu mundo será inmenso comparado con el pequeño espacio en el que antes estabas atrapado.

 

La urbanización y la sociedad en su conjunto contribuyen a la represión de las emociones. Esto sucede porque no son aceptadas. Se puede tolerar que un ser humano le grite a un televisor, que un conductor descargue toda su ira en otro por no dejarlo pasar, y que un jefe maltrate a sus empleados a gritos. Aunque todos estén, esencialmente, descargando su ira, no logran ver que podrían hacer lo mismo frente a un mar, un río, una montaña o en medio de la ciudad.

 

Podrías pensar que alguien que lo haga parecerá loco, pero, ¿acaso los otros no parecen más locos cuando descargan su ira de manera inconsciente? Imagina un “gritódromo” frente a un río, un lugar donde las personas solo van a descargar su ira acumulada de manera consciente. Bastante parecido a un estadio de fútbol, ¿verdad? O un “tristódromo”, donde las personas se reúnan a llorar y se abracen unas a otras para darse apoyo en un momento doloroso. O un “insultódromo”, donde puedan insultar de manera imaginaria a quienes les han insultado, evitando así descargarlo en otros y que estos continúen la cadena de insultos. ¿Y qué tal un “jugómetro”, un lugar donde las personas puedan volver a ser niños, jugar y divertirse como tales a pesar de ser adultos?

 

Los niños hacen todas estas cosas de manera natural porque aún no han sido reprimidos. A los padres y adultos nos lleva bastante tiempo hacer que dejen de comportarse así, para que puedan convertirse en lo que nosotros somos y ser aceptados, sin juicios, por otras personas con emociones reprimidas.

 

23-05-2020

Escuchando a Dios.


Jivriel

#jivriel


















 


  



 




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