Los efectos de abrir juicio.

Si quieres mirar tus sombras, mira tus juicios.

Si quieres leer tu futuro, mira tus juicios.

Si quieres esquivar vivir aquello que enjuiciaste, solo intenta evitarlo y observa las consecuencias.

Si quieres saber quién eres, escucha tus juicios.

Si quieres alejar a quien te hace sentir mal por tus juicios, únicamente espera al próximo actor.

Si quieres saber cuánto te falta para llegar a un estado de plenitud, gozo y felicidad, anota tus juicios y admite que en ellos está todo aquello que quisiste ser y por miedo no pudiste alcanzar.

Solo al dejar de hacerlo, soltarás las cadenas que te llevan a vivir algo que tú crees que no "mereces" vivir.

Todo aquello que enjuicias son deseos reprimidos, teñidos de valor y ética en un mundo donde las leyes no se cumplen y los valores se certifican en función de intereses individuales, que probablemente perjudican a las grandes masas.

Solemos abrir juicios de valor y ética sobre estatus social, preferencia política, color de piel, religión y a todo aquel que piense distinto.

Sin darnos cuenta, no hacemos más que expresar el deseo de lo que viviremos una y otra vez, hasta que aprendamos la lección elegida por nosotros mismos.

Perdonar y perdonarnos nos ayuda a encontrar la compasión y empatía necesaria para alcanzar el gozo de confiar y agradecer toda la abundancia que el universo tiene para nosotros.

Al abrir juicio, nuestro estado vibratorio se vuelve más denso, mientras que nuestro cuerpo pierde energía vital, invitando a nuevas y futuras enfermedades.

A su vez, nos quita la posibilidad de reflexionar, dejándonos en una posición única e inamovible que deberemos defender, transformándonos en esclavos de nuestras propias palabras.

Cuando integramos la visión de que todos los humanos que llegan a nuestras vidas son maestros, aprendemos que ya nadie es culpable de todo aquello que estamos atravesando y nos provoca sufrimiento.

Comprendiendo que el dolor puede ser inevitable, pero el dramatismo y el sufrimiento es el alimento preferido de nuestro querido ego.

Cuando abras juicio y puedas registrarlo, hazte esta pregunta:

Si del otro lado hay un culpable,

¿De mi lado qué hay?

Jivriel

#Jivriel